ETXERAT (2019-VII-15). Familiares de Ainhoa Gartzia Montero, presa política vasca, han informado a Etxerat del trato degradante sufrido por la presa hernaniarra en la cárcel de Topas, a la que había sido trasladada desde la de Murcia I.
El pasado día 12, a su llegada a la prisión de Topas, después de un traslado que había durado cinco días, una funcionaria exigió a Ainhoa Gartzia que se desnudara completamente, se pusiera en cuclillas y que hiciera sentadillas. La presa vasca no se negó en ningún momento a ser cacheada sino a las formas en las que la funcionaria intentaba realizar el cacheo. En un momento dado, la funcionaria llegó a amenazarle diciendo que, a la noche, cuando llegara el jefe de servicios, iba a hacer esas cuclillas bien hechas. Ainhoa Gartzia fue sancionada y conducida inmediatamente a aislamiento, donde debía permanecer, al menos, hasta este lunes día 15, en una celda sumamente sucia, con telarañas y porquería acumuladas durante mucho tiempo, carente de las mínimas condiciones higiénicas ni sanitarias.
Recordamos que los límites al desnudo integral en los cacheos y registros, vienen establecidos por el propio Reglamente Penitenciario, en su art. 68.2 “Por motivos de seguridad concretos y específicos, cuando existan razones individuales y contrastadas que hagan pensar que el interno oculta en su cuerpo algún objeto peligroso o sustancia susceptible de causar daño a la salud o integridad física de las personas o de alterar la seguridad o convivencia ordenada del Establecimiento, se podrá realizar cacheo con desnudo integral con autorización del Jefe de Servicios.”. Sin embargo, no se argumentó ninguna razón concreta, específica, individual ni contrastada a la hora de exigirle a Ainhoa Gartzia Montero un cacheo que iba más allá todavía que un desnudo integral y que implicaba arbitrariedad, humillación y trato denigrante.
Recordamos también que este es el segundo episodio en el plazo de un mes en el que se utilizan los cacheos para crear situaciones de tensión e imponer sanciones a presos políticos vascos o a sus familiares. Lamentamos que posturas y actuaciones arbitrarias puedan generar situaciones contrarias a la voluntad de normalización y solución en el tema de presos demostrada por la mayoría política, social y sindical vasca.