ETXERAT (12-11-2019). El Tribunal de Aplicación ha aceptado la petición de suspensión de pena para el preso político vasco Ibon Fernandez Iradi, en base a que la grave enfermedad que padece el preso de Lasarte-Oria no es compatible con su vida en prisión, toda vez que alude como elemento favorable al nuevo contexto político que imposibilita cualquier posibilidad de reincidencia. Sin embargo, la Fiscalía ha recurrido la decisión.
Ante esta inaceptable decisión de la Fiscalía, la asociación Etxerat quiere manifestar su gran preocupación e indignación.
Queremos recordar que a Fernández Iradi le diagnosticaron en 2011 esclerosis múltiple, toda vez que ésta es la cuarta ocasión en la que se ha activado el procedimiento para solicitar su libertad. No es la primera ocasión en que el Tribunal establece que, dadas las condiciones de salud del preso, éste no debe permanecer en prisión, a pesar de lo cual, decidieron mantenerle en la cárcel. Añadimos asimismo que procedimientos como el que acaba de afectar al preso se prolongan mucho en el tiempo, lo que le perjudica aún más, dada su enfermedad.
Queremos subrayar la importancia que tiene la decisión adoptada por el Tribunal, ya que se sitúa en la línea de poner fin a la conculcación de derechos y de avanzar en la resolución de la situación de los presos y presas. Habíamos saludado los últimos pasos dados por el Gobierno francés, en la medida que los acercamientos de presos habían contribuido a aliviar el sufrimiento y la carga que soportan los familiares y allegados. Escuchamos asimismo las declaraciones de Emmanuel Macron en relación al proceso.
Sin embargo, diferentes decisiones de jueces han contradicho esas palabras y han bloqueado las soluciones. Mantener en prisión a un preso con una enfermedad grave, rechazar las peticiones de libertad condicional para Xistor Haranburu y Lorentxa Beyrieren, pese a que se cumplían todas las condiciones, son decisiones que sólo responden a la venganza y a la crueldad y por eso, queremos hacer sonar nuevamente la alarma roja.
Son 20 los presos vascos con enfermedades graves o incurables que permanecen en prisión, entre otros, Jon Gurutz Maiza, de 68 años de edad, encarcelado también en Lannemezan. Queremos asimismo recordar a Oier Gomez y Joxe Angel Otxoa de Eribe, ambos fallecidos este año, y que obtuvieran la suspensión de pena cuando sus enfermedades estaban ya muy avanzadas y tras larguísimos procedimientos. ¿Cómo no vamos a denunciar las deficientes condiciones en prisión que provocan y/o empeoran las enfermedades, así como la imposibilidad de que quienes padecen enfermedades graves sean tratados con la dignidad que merecen y requieren? ¿Cuál es, pues, su objetivo con decisiones como la de hoy?
Mantienen la excepcionalidad en la política penitenciaria y frente a estas graves conculcaciones de derechos, apelamos una vez más a ambos gobiernos a que expliquen cómo contribuyen las mismas a avanzar definitivamente hacia la resolución, la paz y la convivencia. También reiteramos nuestra confianza en la sociedad vasca, que continúa expresando y manifestándo su voluntad de acabar con políticas penitenciarias del pasado.
Finalmente queremos reiterar nuestro apoyo y solidaridad a Ibon Fernandez Iradi y a su entorno más próximo.