ETXERAT (7-5-2020). Esta misma semana hemos compartido con otras asociaciones de defensa de los derechos de las y los presos la crítica a la excepcionalidad con la que los responsables políticos y penitenciarios de los estados español y francés han abordado, durante estos casi dos difíciles y largos meses, todo lo relacionado con nuestros familiares presos y nosotras mismas.
Ahora que esta sociedad va dando lentamente pasos hacia una nueva normalización, los presos y presas vascas y sus familiares no podemos volver a quedar marginados, la nueva situación que surja no debe sustentarse nuevamente en la excepcionalidad.
En este contexto, ya ha trascendido que en la prisión de Logroño se está procediendo a realizar a los presos y también a los funcionarios los primeros test de detección de coronavirus, una iniciativa que se debería ir generalizando con todos los y las presas, y que, junto a la utilización adecuada de módulos o galerías diferenciadas para personas contagiadas o para pasar cuarentenas, debería contribuir a gestionar la pandemia de manera más adecuada en las cárceles.
Hemos sabido, por otro lado, que han sido trasladados a otras prisiones algunos de los presos que pudieran estar relacionados, en alguna medida, con las protestas que también en relación a la crisis sanitaria se produjeron el pasado 9 de abril en la prisión de Ocaña I.
Este hecho, que demuestra que es posible realizar traslados si se respetan las medidas de seguridad necesarias, incluida la habilitación de zonas para pasar cuarentenas, junto a la paulatina generalización de test en las prisiones, refuerzan la demanda que Etxerat está transmitiendo en las últimas fechas, de que en esta desescalada que ahora comienza debe procederse, sin dilaciones, como parte muy importante de esa nueva normalidad que debemos construir entre todas y todos, en cuanto sea posible, al acercamiento de las y los presos a Euskal Herria.