ETXERAT (4-3-2020). Hemos conocido la decisión del Tribunal de Aplicación de Penas de mantener en prisión a Ibon Fernández Iradi, aquejado de una enfermedad degenerativa, grave e incurable. Si en un primer momento los jueces resolvieron que fuera excarcelado considerando que su estado no era compatible con la vida en prisión, ahora han decidido aceptar las tesis de la fiscalía, vulnerando sin reservas su derecho a la salud y prolongando su sufrimiento.
Cualquier persona aquejada de esclerosis múltiple puede imaginar lo que significa sufrirla en prisión, lejos del seguimiento y la atención médicas necesarias y con el agravante de las limitaciones y de unas condiciones de vida siempre precarias y siempre difíciles. Por eso, esta decisión manifiesta que, también en el Estado francés, a la política penitenciaria le falta mucho camino para dejar a un lado su condición de política de castigo, de crueldad y de venganza.