ETXERAT (29-08-2019). En los últimos cinco días, familiares y allegados de tres presos políticos vascos han visto suspendida la visita que iban a realizar y que les obliga a trayectos de cientos de kilómetros.

Ayer 28 de agosto, en la prisión de Logroño (trayecto de ida y vuelta 280 km) el padre del preso político vasco Santi Aragón, de 84 años de edad, se quedó sin visita al repetirse una situación que ya se había dado pocos meses atrás. En aquella ocasión, un perro de control de drogas “marcó” al padre del preso vasco, por lo que le dijeron que debían revisarle. El padre de Santi Aragón, que no puso inconveniente al no saber en qué consistía la revisión, fue obligado a quedarse completamente desnudo, una actuación humillante en la que, a pesar de entregarle una bata, no se dio ni el respeto a la dignidad y a los derechos fundamentales ni la proporcionalidad exigida por la legislación penitenciaria en lo que respecta a los llamados “cacheos integrales”. El resultado del cacheo fue negativo. En el día de ayer, se repitió la situación, con el mismo perro y el mismo agente de la guardia civil y se repitió también la exigencia de ser cacheado. Al no estar dispuesto a sufrir la misma humillación y la conmoción y nerviosismo que le causaron, el padre del preso vasco no pudo pasar a la visita. Es necesario señalar que Santi Aragón lleva en prisión 18 años, los 8 últimos en la cárcel de Logroño, sin que se haya dado ningún problema de drogas que justifique la desproporcionada actuación que tuvo lugar, su reiteración y sus consecuencias.

El día 24 fueron, por una parte, familiares de Imanol Miner (Prisión de Granada, trayecto de ida y vuelta 1.680 Km) los que no pudieron acceder a la visita al no constar, según dijeron los funcionarios de la prisión, la autorización para uno de ellos. Por otra, un allegado del preso político vasco Txuma Altable (Prisión de Castelló, trayecto de ida y vuelta 1.100 Km), al llegar a la prisión con menos de una hora de antelación con relación a la hora de la visita, motivo por el que no se le permitió realizarla.

Etxerat quiere llamar la atención sobre la situación a la que se enfrentan los familiares de presas y presos políticos vascos. En muchas ocasiones, y más aun tratándose de los padres, son personas de edad avanzada, con problemas de salud o movilidad, forzados a realizar largos trayectos sin tener siquiera la garantía de que podrán realizar la visita.

El daño causado a los familiares por la actual política penitenciaria, no solamente continúa activo, sino que es muy fácil de agravar por las arbitrariedades y la falta de garantías a que se ven expuestos. Etxerat llama a la sociedad vasca a mantener las movilizaciones para poner fin a la actual política penitenciaria y al sufrimiento que genera.