A nueve personas que se habían desplazado para realizar las visitas les han incoado expediente administrativo

ETXERAT (3-11-2020). Este pasado fin de semana los familiares y allegados de los presos vascos han sufrido diversos problemas durante sus desplazamientos a las prisiones el Estado español para realizar las visitas, añadidos a la ya complicada realidad que a todos y todas provoca la pandemia.

A nueve familiares que habían viajado a las prisiones de Puerto I, Puerto III y Ávila, se les ha abierto (incoado) expediente administrativo por atravesar territorios cerrados perimetralmente. En la prisión de Teruel un familiar ha perdido visita en relación también con la situación de emergencia. 

Queremos dejar claro que ningún familiar ha roto confinamiento alguno. Han viajado provistos de documentos que acreditaban causas justificadas para su desplazamiento: el comprobante de las visitas autorizadas y, además, en el viaje de vuelta, el justificante de que la habían realizado, que se ha expedido en la totalidad de las prisiones, excepto en Granada. 

A día de hoy más de 170 presos y presas de un total de 187 se encuentran en cárceles de fuera de la CAV y Nafarroa. A las y los familiares y allegadas la situación les viene dada, no tienen necesidad alguna de viajar, atravesar distintos territorios en el Estado español para llegar a prisiones lejanas. Las y los presos deberían estar en prisiones vascas, tal y como aconseja la ley penitenciaria y determina el nuevo ciclo político. 

Suman ya 10 los meses de restricción o suspensión de comunicaciones en relación el Covid-19 en las prisiones del Estado español. También resulta muy complicada lo que acontece en las prisiones francesas, donde además se da el problema añadido del desconocimiento del idioma por parte de los familiares. En definitiva, una situación insostenible, una incertidumbre que afecta permanentemente a los presos vascos y a sus familiares.

Reiteramos que los y las presas vascas deben ser trasladados con urgencia a las cárceles vascas, a Zaballa, porque cada día son mayores las consecuencias irreparables del alejamiento para las personas encarceladas y para sus familias.

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