ETXERAT. Pocas horas después de emitir una nota de prensa dando cuenta del quinto accidente del año causado por la política de dispersión, llegaba a Etxerat la noticia de un nuevo siniestro ocurrido también este pasado fin de semana.

Un amigo de Olga Comes Aranbillet, encarcelada en la prisión de Mansilla, León, a 360 km del domicilio familiar, sufrió un accidente sobre las 16:30 horas de la tarde del domingo, en las inmediaciones de Lizarra, al volver de la visita. El allegado de la presa política vasca perdió el control del vehículo y chocó con la mediana, que en ese tramo es de hormigón, debiendo ser atendido por la Policía Foral y por los servicios médicos de diversos golpes, contusiones y fracturas leves. Igual que ocurría con uno de los ocupantes del vehículo accidentado el viernes, para el allegado de la presa vasca es el segundo accidente que sufre desplazándose a las visitas.

Con este, se elevan a 6 los accidentes ocurridos durante el presente año; tres, durante el gobierno de Mariano Rajoy, y los tres últimos con Pedro Sánchez al frente del gobierno. Etxerat concluye que la voluntad del gobierno español de cambiar la actual política penitenciaria es nula y que ha podido evitar estos accidentes y sus consecuencias, pero no ha querido hacerlo. Considera también que las expectativas que en su día creó Pedro Sánchez, van quedando muy atrás mientras van creciendo sus responsabilidades sobre la salud y las vidas de los familiares y allegados de presas y presos políticos vascos y sobre el riesgo que impone a todos ellos. La Asociación se pregunta con quién y en qué términos ha negociado el gobierno español la marcha atrás del anunciado cambio en la política penitenciaria y con quién y en qué términos ha negociado las vidas de los familiares y allegados de las presas y presos políticos vascos. Etxerat se pregunta también qué réditos ha calculado el gobierno español que le proporcionará retrasar la desactivación de la política de dispersión y seguir alimentando el sufrimiento.

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