ETXERAT (10-12-2019). Un año más, Etxerat debe salir a la calle este Día Internacional de los Derechos Humanos para reclamar con urgencia el final de la condena impuesta a los familiares y allegados de las y los presos vascos, que continuamos sufriendo las nefastas consecuencias de la dispersión y el alejamiento.

Por ello estamos realizando zapi-kateak, unidos con nuestros pañuelos, en Iruñea, y Gasteiz, porque hoy se abre paso la reivindicación de que todos los derechos de todas las personas sean reconocidos, respetados y aplicados de manera efectiva y universal, frente a un Estado español que mantiene la excepcionalidad de su política penitenciaria y no tiene, por lo tanto, legitimidad para conmemorar esta declaración universal.

Porque resulta insostenible mantener por más tiempo que cientos de familias, miles de personas sufran esta condena. La dispersión y el alejamiento al que sigue sometiendo el Gobierno español a los y las presas vascas supone una condena totalmente injusta para los familiares y allegados. Con urgencia, para que no se sigan conculcando sus derechos, debe finalizar ya la condena al familiar. Deben acabar con este sufrimiento.

La dispersión y el alejamiento han provocado 16 víctimas mortales, además de alrededor de un millar de heridos, pese a que el discurso oficial no lo reconoce.

  • A día de hoy,familiares y allegados de 7 de cada 10 presos vascos en cárceles del Estado español deben realizar viajes de entre 2.200 y 1.200 kilómetros cada vez que quieren visitarl@s.
  • 20 presos del total del Colectivo de Presos Políticos Vascos permanecen en prisión, dos de ellos en el Estado francés, pese a padecer enfermedades graves e incurables.
  • El Estado francés sigue rechazando la libertad condicional para los presos condenados a perpetuidad.
  • Desde que el Gobierno español anunciara el final de la actual política penitenciaria hace ya año y medio, de un total de 210 presos en el Estado español, han realizado tan sólo 25 traslados de presos y presas, acercamientos en su gran mayoría, aunque en ningún caso a cárceles de Euskal Herria.

El derecho a la salud, a nuestra propia seguridad, el derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias en nuestras vidas, el derecho al mantenimiento del vínculo familiar, a no sufrir discriminación alguna. Son derechos que se nos cercenan. Cabe citar hoy que, en nuestro caso, en el de los familiares y allegados de los presos y presas políticas vascas, no se nos garantizan los derechos universales que proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por todo ello, y porque así lo quiere la sociedad vasca, vamos a seguir trabajando por el respeto a nuestros derechos, sin contrapartida alguna.

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