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ETXERAT (12-2-2021). Hoy hemos compartido con los medios de comunicación nuestro punto de vista acerca de la situación de los presos y presas vascas y sus familiares. Ésta es la lectura que hemos realizado.

  1. Paulatino final alejamiento: ¡Traedlxs a Euskal Herria!

-Se está manteniendo el traslado de presos y presas a prisiones aledañas-periféricas a Euskal Herria. El cambio está bien. Las familias están mejor, es un alivio no tener que viajar tan lejos. Pero sigue sin ser km 0. Es lo que demandamos. El pasado enero ya se ha registrado un accidente de tráfico tras una visita a la prisión de Soria, que no dejan de ser 500 km de ida y vuelta.

-Hasta la fecha el Gobierno de Sánchez ha trasladado a 109 presos y presas políticas vascas. Otros 19 traslados anunciados no se han producido aún.

-Se han vaciado de presos vascos cárceles como las de Algeciras, Badajoz, Cáceres, Ocaña y Herrera de la Mancha.

-En la actualidad hay 217 presas de EPPK:

  • 31 mujeres / 186 hombres / 2 niñas en prisión

  • Tan sólo 26 en cárceles e Euskal Herria  / 164 en cárceles del Estado español / 28 pres@s en el Estado francés.

  • El porcentaje de presos y presas en cárceles vascas (km 0) es del 14%.

  • En el Estado español un 42% están en distancias entre 200 y 400 km, lo que denominamos prisiones períféricas o aledañas.

  • Y por primera vez desde que comenzara la dispersión y el alejamiento hace más de 30 años, el porcentaje de pres@s encerrados en cárceles españolas a más de 400 km de distancia es inferior al 50%; el 44% está a 400 km o más de distancia.

Logroño: 13 

Burgos: 11 

Zuera: 12 (+2)

El Dueso: 11 (+3)

Dueñas: 8 (+6)

-Nuestros familiares presos, la inmensa mayoría de ellos y ellas, continúan realizando su recorrido jurídico-penitenciario individual. Están mostrando de manera individualizada, cada uno y cada una desde su vivencia y su experiencia personal, su reconocimiento del daño causado y su empatía hacia las víctimas. En algún caso se está incluso haciendo pago de la responsabilidad civil.

 -La ley no les exige nada de todo ello para acceder al segundo grado, ni tampoco para ser trasladados a cárceles vascas (sí es requisito, en cambio, para acceder al tercer grado) y, sin embargo, pero los presos vascos lo están haciendo, y creemos que es una aportación/contribución positiva. Etxerat lo valora muy positivamente.

-Y nos preocupa la presión y el efecto de ese lobby (alguna asociación víctimas, algunos miembros de la judicatura, sectores políticos y mediáticos) que pretende frenar el cambio en la política penitenciaria, frente al deseo de la sociedad vasca en su amplísima mayoría y frente a los amplios acuerdos político, sindical e institucional en la línea de acabar con el alejamiento y una política penitenciaria normalizada.

2.Covid: Hay que aliviar la situación en las cárceles

-Estado de alarma, cierres perimetrales han impedido mantener las comunicaciones y visitas por parte de los familiares y allegados. Hay menores que no ven desde hace muchos meses a sus familiares presos; gente mayor de edad que ya ha perdido toda esperanza.

-En la actualidad, desde hace ya dos semanas se mantienen suspendidas todas las comunicaciones y los traslados.

-En definitiva, los estados han optado por cerrar las cárceles; lo más fácil. 

-En el Estado francés, a la dificultad que entraña la lejanía de las prisiones del entorno de París, hay que añadir los cierres de las UVF para hacer las visitas familiares; muchos menores no ven a sus familiares presos desde hace meses  y gente mayor de edad que ya ha perdido toda esperanza. La obligatoriedad de hacerse pruebas PCR para los viajes es inviable económicamente para los familiares.

-En el Estado español IIPP ha optado por hacer más cárcel dentro de la cárcel. Resulta desproporcionado cerrarlas a cal y canto, cuando esa medida no se corresponde con un nivel de contagios dentro no muy elevado y añade, además, tensión. Los presos conforman un grupo de riesgo, y queda por lo tanto pendiente extremar su seguridad con medidas como entrega de mascarillas y otros elementos sanitarios; prioridad de la vacunación también para los presos, al igual que a los funcionarios.

Aliviaría la situación aplicar medidas para que muchos presos salgan en libertad, tal y como recomendaron la ONU, la OMS, el Consejo de Europa, en parámetros legales, por de su derecho a la salud y a la vida: 

  • Hay 60 presos vascos en el Estado español que han cumplido ya las ¾ parte su condena.

  • Hay 17 presos y presas con enfermedades graves.

  • Diez presos tienen 70 o más años de edad y otros ocho presos tienen 65 o más años.

  • 53 presos y presas permanecen en prisión desde hace 20 o más años.

Para concluir con datos relevantes…

  • 78 presos en el EE están en 1º grado (34 de ellos con el artículo 100.2).

  • 100 en 2º grado ( 3 de ellos con el 100.2).

  • 11 presos en 3º grado (5 de ellos en prisión atenuada).

Hay tres presos en aislamiento en Soto del Real.

3.  Acuerdo también para que se aplique exclusivamente la legislación ordinaria

Tras los recientes acuerdos de Euskalduna y el Parlamento de Nafarroa, en las últimas semanas se ha aprobado mociones en los ayuntamientos de Lasarte-Oria,Tolosa y Soraluze por las que se reconoce el sufrimiento causado a las  familias de las 16 personas fallecidas en el transcurso de los desplazamientos a prisiones durante más de 30 años.

Las mociones son fruto de un acuerdo político PNV, EH Bildu, PSE y Ahal-Dugu Podemos/IU y se han sumado al mismo la totalidad de sindicatos. Es una magnífica noticia.

Etxerat valora que es una iniciativa de gran calado y nos parece especialmente subrayable el cuarto punto de esta declaración, en el que textualmente se dice que “junto a otras medidas, resolver en un plazo razonable la problemática de las personas presas, aplicando exclusivamente una legislación ordinaria y una política penitenciaria normalizada, sería una importante aportación a la construcción de una convivencia democrática".

Queremos poner este punto en valor, porque se debe ir facilitando ese recorrido hacia la ley penitenciaria ordinaria, un camino que haga avanzar en la humanización de la política penitenciaria y que nos acerque a una sociedad sin presos en la que se reconozcan todos los sufrimientos, como una decisiva aportación a la convivencia.