Los presos políticos vascos de Fleury Merògis se encuentran en huelga de hambre desde ayer para denunciar las reducciones que han tocado techo en lo referente a las visitas; los presos políticos corsos que están en la misma situación se han unido al ayuno.
ETXERAT. Los presos políticos vascos y corsos de Fleury Merògis que desde hace unas semanas se encuentran luchando por sus derechos de visita han emprendido una huelga de hambre indefinida por la reducción, el pasado mayo, a dos las visitas por mes. Sin embargo, y ante la falta de respuesta, han decidido convertir el rechazo en una huelga de hambre indefinida que ahora mismo se secunda en las tres divisiones de la cárcel: Iurgi Mendinueta, Aitor Elizaran e Igor Suberbiola en la primera división, los firmantes de la carta Ibon Goieaskoetxea y Joseba Iturbide, y Juan José Oses y Andoni Goikoetxea, que se encuentran en la tercera división. Además, están llevando a cabo plantes en los patios , esto es, se están negando a volver a las celdas. Los presos políticos corsos que se han unido a la huelga de hambre son Cédric Courbey, Xavier Ceccaldi, Laurent Susini y Éric Marras. En tres años les han reducido a la mitad las visitas, de cuatro a dos.
En la misiva, Goieaskoetxea e Iturbide recuerdan la lucha por la que hace un tiempo obtuvieron el permiso de una visita larga a la semana (algo normal en las cárceles del estado francés), con la opción de acumular dos, una semana. Más tarde, al realizar unas reformas en el centro penitenciario y aduciendo a "falta de espacio" las visitas se redujeron a tres, limitando las de los fines de semana. Previamente, se les prometió a los presos la vuelta a la normalidad del número de visitas cuando las obras finalizaran. De hecho, estos aceptaron el nuevo acuerdo, muestra de su "buena voluntad", bajo esa condición, a pesar de saber que esas limitaciones de espacio no eran ciertas. Al terminar los trabajos la dirección de Fleury Merògis no cumplió su palabra, por lo que las visitas se quedaron en tres (dos los fines de semana y una durante la semana).
Ahora que el número de presos políticos en Fleury ha descendido y la capacidad de las instalaciones ha mejorado se encuentran "gravemente castigados" con esta reducción sin previo aviso. Denuncian que no existe durante todo este tiempo ninguna razón material posible para la "aniquilación arbitraria" que sufren. Sin embargo, la actitud "esquiva" que mantiene la prisión les confirma que esta es una agresión intencionada y directa contra los presos políticos vascos y corsos encarcelados en Fleury: "Somos conscientes de que esto es una consecuencia de la política de alejamiento familiar que nos imponéis como medida añadida a nuestra condena y que se basa en una razón con un fondo político-represivo".
Para finalizar, Goieaskoetxea e Iturbide añaden que esta decisión va directamente en contra de las dinámicas de paz que los responsables políticos locales de cada país correspondiente (Euskal Herria y Córsica) , la comunidad internacional y los presos políticos tratan de instaurar con el fin de llegar a la resolución definitiva del conflicto: "La prisión demuestra una irresponsabilidad que implica graves consecuencias contra nosotros, nuestros allegados y la situación política de nuestro proceso de paz". Por otra parte, además de condenar la dispersión, se muestra solidaridad con la situación de los presos políticos corsos, recordando la distancia a la que se encuentran en Fleury, más de 1.200 kilometros.
Desde ETXERAT, mostramos nuestro apoyo y solidaridad a los presos políticos vascos y corsos que se han visto en la obligación de tomar esta decisión y nos dirigimos directamente a la dirección de Fleury Merògis, para que tomen pasos en el cambio de la situación en esa prisión conocida por llevar sus medidas de excepción al límite. ¡Basta ya de dificultar la más la política de dispersión que tampoco aceptamos!