ETXERAT (28-10-2022). 33 años de prisión se dice pronto. Es un titular breve, tras el que se esconde la realidad de Jon Kepa Parot y Jakes Esnal, que han pagado a fuego muy lento, durante casi la mitad de sus vidas, al igual que quienes continúan pagándolo en prisión, el exilio o la deportación, las cuentas de las consecuencias de un ciclo ya acabado de violencia.
Enviamos desde esta plaza un cálido abrazo a Jon Kepa, Jakes, a sus familiares, a sus seres queridos y allegados. Su libertad no es total, pero han salido de la cárcel y han vuelto, al menos, con los suyos. Y esta buena noticia responde, en buena medida, al efecto de la movilización de la sociedad civil de Ipar Euskal Herria, instituciones y ciudadanía, quienes con su implicación y trabajo han contribuido a encauzar definitivamente la libertad de ambos.
De la misma manera, queremos mostrar nuestra alegría por la noticia del traslado de otros 11 presos/as vascas a Euskal Herria. La movilización y el impulso ciudadano sigue dando sus frutos y seguimos dando pasos para acabar con la política de alejamiento. No resta mucho para que así sea, pero no hemos acabado del todo con ello. Menos aún, con el bloqueo de las progresiones de grado, las autorizaciones de permisos y el resto de medidas de excepción. De manera permanente, la Audiencia Nacional, por impulso de la Fiscalía, recurre y echa abajo las progresiones de grado o permisos penitenciarios que las Juntas de Tratamiento aprueban en el caso de los presos y presas vascas.
Es indignante el cúmulo de despropósitos con que la justicia española cercena los derechos de Xabier Atristain: El Supremo español se desentendió de la sentencia del Tribunal europea de Derechos Humanos que concluyó que el preso donostiarra no había tenido un juicio justo y ahora la Audiencia Nacional pasa por encima del tercer grado que el Gobierno Vasco le diera, porque cumple todas las condiciones para ello.
Las y los presos vascos continúan en su apuesta por el recorrido jurídico-penitenciario, esa es la realidad, y es el bloqueo que ejerce la Audiencia Nacional, frenando decisiones de juntas de tratamiento y Gobierno Vasco, junto al mantenimiento de una legislación excepcional, como son las LO 7/2003 y 7/2014, con el único objetivo de que cumplan penas de un tamaño desconocido en Europa, lo que impide continuar el camino de regreso a casa.
La vuelta a casa es precisamente el objetivo de la movilización que Sare convocó el pasado día 8 y el posterior jaialdi de Ilunbe. Queremos agradecer de corazón la participación de tantos miles de personas en un acontecimiento de gran valor, que viene a constatar que continuamos en el camino. De esto se trata, de ir avanzando, de que la sociedad vasca siga movilizándose hasta conseguir que todos los presos/as vascos, exiliados y deportados puedan realizar su proceso de regreso a casa. Es responsabilidad de todas y todos y, sin ello, no será posible avanzar en la convivencia hacia el futuro que este país tiene pendiente.
Etxera bidean gertu!
Etxean eta bizirik nahi ditugu!