ETXERAT (1-10.2021). El preso político vasco Unai Fano Aldasoro reingresó el pasado martes, 28 de setiembre, en segundo grado en la prisión de Basauri (en régimen de aislamiento para pasar la cuarentena con motivo de la pandemia), en virtud del auto de la Sección Primera de la Audiencia Nacional (AN) española, que estima el recurso del fiscal, y que habría sido interpretado como que deja sin efecto la progresión del preso a tercer grado confirmada en dos ocasiones.
El preso de Larrabetzu, en prisión desde 2008, salió en enero de 2021 tras ser clasificado en tercer grado a propuesta de la prisión de Basauri, confirmada por la Secretaría General de Insituciones Penitenciarias (SGIP). Aunque inicialmente volvía cada día a la cárcel a dormir, el 6 junio la SGIP emitió una nueva resolución adminsitrativa por la que le mantenía el grado y le eximía de pernoctar en prisión, al aplicarle el art. 86.4 procediendo a su control telemático, con una pulsera-tobillera electrónica, para continuar cumpliendo condena fuera de prisión, junto a los suyos. Fano tiene dos hijas de corta edad.
El auto de la Audiencia Nacional -del 23 de septiembre- ha llegado tras estimar el recurso de la fiscalía contra la decisión de la Junta de Tratamiento de Basauri de progresar al preso vasco a tecer grado, avalada por la Secretaría General de Insituciones Penitenciarias (SGIP) y por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria (JCVP)..
Se da la circunstancia de que durante la tramitación de los recursos interpuestos por la fiscalía, Unai Fano fue nuevamente reclasificado, en otra resolución -del 6 de junio-, a tercer grado con la modalidad de control telemáticoo y con un nuevo aval de la SGIP. El auto de la AN deja sin efecto la primera resolución de la SGIP, no así esta segunda, por lo que esta resolución judicial del Tribunal especial no debería afectar al tercer grado de Unai Fano, a quien se le debería mantener dicha clasificación.
Desde Etxerat enviamos un cariñoso saludo a Unai y su familia. Queremos denunciar públicamente la excepcionalidad que se sigue aplicando de manera generalizada a las y los presos vascos. Y es que, en este caso, el auto de la Audiencia Nacional comporta excepcionalidad dentro de la excepcionalidad, ya que conculca el derecho a la resocialización de una persona que se encontraba desde hace nueve meses en la calle, respetando todas las condiciones impuestas e intentado rehacer su vida en libertad, junto a su pareja, sus hijas y en su entorno.
Queremos hacer una apelación directa a agentes políticos y sociales, sindicatos e instituciones vascas, para seguir trabajando por el final de la excepcionalidad contra los presos vascos, y hacemos una llamamiento a la sociedad para que participe en las movilizaciones que ese convoquen a efectos de denunciar el mantimiento de la política de excepción.