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ETXERAT (13-9-2021). El pasado 8 de setiembre se cumplieron 20 años desde que la dispersión acabara con la vida de Asier e Iñaki. Nunca olvidaremos aquel triste día en que murieron en la carretera, como consecuencia de un accidente de tráfico ocurrido en su desplazamiento a la cárcel de Brieva, en Ávila, a donde viajaban, junto a Irantzu, para poder visitar a Lurdes Txurruka, entonces presa. 

Nunca llegaron a aquella prisión, a 400 kilómetros de Euskal Herria. Iñaki y Asier son dos víctimas de la dispersión. No han sido las únicas. Otras tres vecinas de Soraluze sufrieron un accidente el 3 de junio de 2006 en Buitrago de Lozoya, cuando regresaban de una visita en Meco. Afortunadamente salieron de aquella.

Iñaki, Asier, estáis en nuestra memoria. Es imprescindible conocer, no olvidar, las razones de una imposición y, al igual que en los casos de las otras 14 víctimas mortales de la dispersión, es ya urgente reconocer a Iñaki Saez y Asier Heriz como tales, como garantía de que no se volverá a repetir.

Ha llegado el momento de hacer frente también al reto que plantean las muertes que los largos años de excepcionalidad penitenciaria han provocado de forma directa e indirecta. Se debe ofrecer a estas víctimas reconocimiento oficial e institucional y reparación, más allá de iniciativas como las leyes aprobadas por los ejecutivos de Gasteiz e Iruñea, o las más recientes simbólicas mociones aprobadas en ayuntamientos como el de Soraluze.

Estas muertes pudieron haberse evitado. Si los derechos humanos hubieran prevalecido por encima de la venganza y el castigo añadido, la realidad hubiera sido bien distinta. La política penitenciaria de excepción ha generado muertes, y estas también deben tener su lugar en el mapa de la memoria, para que podamos continuar construyendo convivencia.

Un beso y un abrazo muy fuerte a los familiares y personas cercanas a Iñaki a Asier.

Nunca os olvidaremos.

¡Stop política de excepción! Etxera!