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ETXERAT. Ante el auto del juez de Vigilancia Penitenciaria José Luis Castro que establece mantener en segundo grado al preso político vasco Ibon Iparragirre, con aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, en base al cual será trasladado al centro hospitalario Aita Menni de Arrasate, a fin de controlar, tal y como recoge el propio auto, “el riesgo vital del penado ante la posible presencia de enfermedades oportunistas que debido a sus bajas defensas pudieran causar su muerte”, Etxerat quiere manifestar que Ibon Iparragirre reúne todos los requisitos para que le sea aplicado el artículo 104.4, es decir, la libertad condicional.

Etxerat quiere subrayar que tanto los informes forenses, que también se recogen en el auto, como el último informe elaborado por un profesional del Colegio de Médicos de Madrid, a petición del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional española, y cuyas conclusiones hemos conocido recientemente, establecen que se debe suspender la condena de Ibon Iparragirre, para así abandonar la cárcel al objeto de estar junto a los suyos y ser tratado de su enfermedad con garantías y respeto. Por lo tanto, entendemos que con esta decisión judicial se está incumpliendo la legalidad.

Desgraciadamente, la situación del preso político vasco Ibon Iparragirre es límite. La última analítica de mediados de setiembre de 2017 revela que tan sólo cuenta con 20 defensas, cuando una persona adulta sana cuenta con entre 723 y 1.124 defensas. Iparragirre padece sida en su fase c3, la fase terminal de la infección. Se encuentra en la situación más crítica de la enfermedad.

La decisión sobre Ibon Iparragirre se produce como consecuencia del chantaje que plantea el fiscal y la secretaría de Instituciones Penitenciarias, de tal manera que el preso de Ondarroa y sus familiares deben elegir entre el ingreso en el centro Aita Menni, o continuar sufriendo en prisión las condiciones que agravan su situación límite. Exerat quiere insistir en denunciar la crueldad con la que se establece esta dicotomía, ya que a Ibon Iparragirre se le está acabando el tiempo, su estado de salud es límite y algunas de las consecuencias de su deterioro son irreversibles.

Resulta evidente que la situación de Ibon Iparragirre requiere de una mejora con extrema urgencia, y por esa razón, pese a la denuncia pública que realizamos del papel jugado por la fiscalía y la secretaría de Instituciones Penitenciarias, estamos obligados a asumir el traslado de Ibon Iparragirre al centro Aita Menni. En cualquier caso, Etxerat va a seguir trabajando, vamos a continuar haciendo todo lo posible para que Ibon Iparragirre esté en su casa. 

Queremos dar un fuerte abrazo a su familia, especialmente a su ama, Angelita, a sus hermanas y hermanos y al resto de familiares, porque sentimos muy de cerca todo el sufrimiento que también ellas y ellos están padeciendo. También queremos agradecer a la sociedad vasca, así como a los agentes políticos y sociales e instituciones que en el caso de Ibon han ofrecido dedicación y han realizado gestiones dirigidas a lograr la suspensión de condena. Queremos instarles a seguir trabajando y a implicarse en mejorar la situación de Ibon.

Queremos recordar en estos momentos a los otros 21 presos vascos con enfermedades graves que continúan en prisión y a sus familias. En estos momentos, más que nunca, es imprescindible que salgan de la cárcel. Es labor de todos y todas continuar implicándose y trabajar para que sean respetados los derechos de los presos vascos y sus familiares y allegados.

¡Las y los queremos vivos y en casa!