ETXERAT. Nos hemos concentrado hoy en Gasteiz, antes de que diera comienzo el acto oficial del Día de la Memoria en la CAV, porque en esta memoria siguen faltando víctimas, y, entre ellas, las 16 víctimas causadas por la dispersión.
En el camino de la resolución es imprescindible el reconocimiento de todas las víctimas del conflicto, sin excepción. Establecer categorías en el sufrimiento y en las víctimas, ignorarlas o despreciarlas, es una barrera más en un camino que ya está recibiendo suficientes muestras de falta de voluntad y en el que continuamente surgen nuevos obstáculos. Para que la paz y la convivencia puedan construirse desde una base sólida, es necesaria una memoria inclusiva, transparente y limpia, sin trampas, sin ocultaciones, sin segundas intenciones. Nuestra voluntad, que es la voluntad de la sociedad vasca de que lo que ha ocurrido nunca más vuelva a ocurrir, exige el reconocimiento de las 16 víctimas mortales ocasionadas por una política penitenciaria de excepción.
Reivindicamos la memoria y el reconocimiento de las 16 victimas mortales que ha causado la dispersión porque ni el lugar ni las circunstancias de su muerte tienen otra causa que la dispersión. No debían estar donde estaban, no debían viajar, no debían correr riesgos innecesarios: pero era el precio y el peaje que la dispersión impone para ejercer el derecho a las visitas. Su muerte fue causa de la imposición del sufrimiento a todos nosotros. Esa es la razón por la que, con todo el derecho, reivindicamos su memoria y su condición de víctimas.