ETXERAT (28-V-2019). Etxerat valora negativamente la denegación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a la petición que el preso político de Durango Gorka Fraile realizara cuando se encontraba preso en la cárcel de Badajoz, para ser acercado a una cárcel de Euskal Herria. Consideramos que también en esta caso, como ocurriera en otros, Europa ha optado por blanquear la política penitenciaria de excepción que mantiene el Estado español.
El Tribunal ha esgrimido ahora el mismo argumento que utilizara frente a otras peticiones de acercamiento en el Estado francés, es decir, afirma que el preso recibía visitas y llamadas de manera regular, sin tener en cuenta que el mantenimiento de ese vínculo afectivo, el hecho de que Fraile recibiera visitas en una prisión lejana supone un inmenso desgaste físico, sicológico y económico para su entorno familiar y social. No podemos obviar que la dispersión y el alejamiento han provocado 16 pérdidas humanas y cientos de heridos.
La distancia motivaba además que precisamente sus padres, por motivo de edad avanzada y problemas de salud, no le pudieran visitar y dificultara enormemente la realación con su su compañera e hija de corta edad. Queremos reiterar que el derecho efectivo al mantenimiento de la vida familiar es incompatible con la dispersión y el alejamiento.
Estrasburgo no niega que se produjera esa afección, aunque incide en su razonamiento en que “la negativa al acercamiento se había basado, tanto en una evaluación individual de la situación del preso, como en la política general penitenciaria, ligándo la misma a la existencia de ETA, que desapareció en 2018, y al manteimiento de su actividad que concluyó en 2011, por lo que consideramos que, de alguna manera, Europa considera que el alejamiento y la dispersión hoy no tienen ningun sentido ni fundamento juridico y debería actuar por lo tanto en consecuancia con la nueva realidad.