ETXERAT. Etxerat Elkartea ha celebrado este domingo, 2 de abril, su XVI Asamblea Nacional en el campus de Leioa de la UPV. En la misma hemos realizado un balance del año transcurrido y hemos presentado la planificación de nuestro trabajo en los próximos meses.
Celebramos hoy en Leioa nuestra decimosexta asamblea nacional y lo hacemos con el firme propósito de mirar hacia adelante. Etxerat deposita toda su confianza en la sociedad vasca al objeto de avanzar y abrir nuevos escenarios hacia la paz y pedimos implicación y compromiso a las fuerzas políticas, sindicales y sociales que representan a la sociedad vasca, cada una en su ámbito, en relación con el Acuerdo Social que hemos puesto recientemente en marcha y que busca confluir en el fin del alejamiento y de la situación de los presos gravemente enfermos.
El año transcurrido desde la última cita nacional en Gasteiz vuelve a ponernos frente al espejo a los familiares y allegados de los presos políticos vascos, como objetivo que somos de la cruel política penitenciaria de excepción. Y constatamos que las consecuencias físicas, síquicas y económicas son devastadoras y siguen multiplicando su carga con el paso del tiempo.
Se acaba ya el tiempo para los presos con enfermedades graves e incurables. La última instrucción 1-3/2017 pone blanco sobre negro que la razón de estado en España es sinónimo, no sólo de condena a muerte para ellos, sino de la agudización de su sufrimiento y el de sus familiares hasta el último momento. Y frente a ello, proponemos, más pronto que tarde, activar todo tipo de medidas a nivel de acuerdo político e institucional que den cauce a la sensibilización social que sobre esta vulneración de derechos aumenta cada día.
El alejamiento de los presos supone conculcación de derechos en lo que se refiere al mantenimiento del vínculo familiar. Lo ha afirmado la controladora general de Prisiones francesa en su informe anual. Lo comparte asimismo un grupo en el Parlamento Europeo y tres jueces del Tribunal Constitucional español y, sobre todo, es la sociedad vasca la que quiere que el alejamiento sea pasado. El Acuerdo Social debe servir de freno a la situación desquiciante de vulneraciones de derechos, venganza y sufrimiento a la que nos condenan los gobiernos.
Precisamente, la respuesta de los dos gobiernos a la voluntad manifestada por parte de la organización armada ETA de entregar las armas y al hecho de que sea la sociedad civil la que, finalmente, haya aceptado dar los pasos que los estados se niegan a dar, es toda una declaración de principios. No habrá contrapartidas han dicho, cuando de lo que se trata es de respetar derechos humanos. Confundir derechos con recompensas es un error demasiado grave cuando lo cometen los gobiernos que deben garantizarlos.
Pretendemos que esta Asamblea Nacional sea un punto de inflexión de cara a la aportación de Etxerat a la normalización social y política. Vamos a seguir informando y denunciando las vulneraciones de derechos. Vamos a seguir trabajando para que se conozca el alcance del daño que causa la actual política penitenciaria. Y vamos a seguir dando lo mejor de nosotras mismas en la asistencia y apoyo a familiares y personas afectados por el alejamiento, intentando dotarnos de los medios técnicos y humanos necesarios para reducir, en lo posible, el coste humano que exige.