ETXERAT. La pasada semana, allegados del preso político vasco Carlos Cristóbal, encarcelado en la prisión de Algeciras, vieron entorpecido el viaje realizado hasta Algeciras al negarse los empleados de la agencia de alquiler de coches, a entregarles el que previamente habían reservado.
Los amigos del preso vasco se habían desplazado hasta Málaga en avión, para desde allí dirigirse a la prisión de Algeciras en coche de alquiler. Al personarse en la agencia Record.go, los empleados se negaron a entregarles el coche reservado y justificaron su negativa en razón de las múltiples preguntas e indagaciones que la policía había efectuado sobre la persona que efectuó ese alquiler.
El retraso sufrido al tener que improvisar con escaso margen de tiempo un desplazamiento Málaga-Algeciras, podía haber ocasionado la pérdida de la visita tras un viaje de 1100 kilómetros, con otros tantos de regreso. Pero además, los amigos del preso vasco tuvieron que enfrentarse al nerviosismo y tensión lógicos de una situación que puede calificarse de acoso.
Es una situación bastante más habitual de lo que pueda creerse, que en los desplazamientos a las cárceles, los familiares y allegados de las presas y presos políticos vascos deben hacer frente a seguimientos, coacciones, amenazas y acoso. Etxerat quiere denunciar las penalidades añadidas a la que se enfrentan estas personas, obligadas a largos desplazamientos para acudir a las visitas, el nerviosismo y la tensión que originan y la evidente intencionalidad que encierran comportamientos como el que hoy se denuncian.