ETXERAT (9-3-2021). Etxerat quiere manifestar ante la opinión pública que resulta insostenible la situación de incertidumbre y angustia que están padeciendo los presos y presas vascas, así como sus familiares, afectados, en el caso del Estado español, por la paralización de más de 40 traslados a cárceles vascas o aledañas, que se han venido anunciando semanalmente, algunos de ellos hace ya tres o hasta cuatro meses.
Si bien son 31 los presos y presas que esperan, una vez que lo anunciara la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP), ser trasladados a su nuevo destino más cercano a su entorno y en algunos casos a cárceles de Euskal Herria, la cifra asciende hasta 48 si añadimos a esta angustiosa lista de espera a quienes ya habían sido trasladados a una prisión intermedia, y ahora esperan ser conducidos a su destino final.
Estamos hablando, por lo tanto, de 48 familias; afecta a una veintena de padres y madres cuyo acercamiento se ha anunciado, pero que no han llegado y llevan meses sin ver a sus hijos e hijas; repercute en decenas de padres y madres que habían recuperado la esperanza de poder visitar a sus hijos e hijas presos por encontrarse más cerca.
Son mujeres y madres, como el caso de Maite Pedrosa, que continúa “bloqueada” en la prisión de Alcalá, en lugar de estar en Zuera, su destino, prisión a la que sí llegó su compañero también preso Mikel Azurmendi. Ambos tienen una hija menor de edad con grandes dificultades para visitar a sus padres. Desde el pasado diciembre se encuentra también en Alcalá Eider Pérez, sin saber cuándo será trasladada a Zuera, donde ya fue llevado su compañero Jon Igor Solana. Ambos estaban en la prisión de Algeciras y también son padre y madre de un menor de edad.
Ante la pandemia, cuando aún no nos habíamos recuperado de las suspensiones de comunicaciones del pasado año, y sin soluciones que pasaran por haber acercado a todas las presas y presos a Euskal Herria, dejando en libertad a los enfermos de gravedad y a los de mayor edad, IIPP optó hace ya mes y medio por volver a cerrar a cal y canto las cárceles y continuamos en esa situación, sin visitas, ni siquiera en locutorios con cristal de por medio.
Ante esta situación, que afecta a toda la población reclusa, Etxerat ya ha venido manifestando su opinión de que deben extremar las medidas sanitarias para con los presos, entre ellas, un plan urgente y efectivo de vacunación, pero, más allá de la pandemia, principal argumento alegado para que se suspendieran los traslados, o la adversa meteorología que este invierno ha afectado a buena parte de la geografía del Estado español, solicitamos de la SGIP que actúe con responsabilidad y celeridad, y concluya sin mayor dilación su plan de traslados, que en nuestra opinión deberían ser, en todos los casos, acercamientos a prisiones de EH.
Más importante que anunciarlos es, desde luego, hacer realidad los traslados y acercamientos, para acabar así con la incertidumbre y la frustración que padece los familiares y los propios presos. Y entendemos, además, que una vez que se adoptara la decisión de acabar con el alejamiento y la dispersión, no tiene ni siquiera sentido mantener la actual dinámica de anunciar cada semana cinco traslados, porque es una dinámica que no hace sino ahondar en la desazón y el nerviosismo de tantos y tantos familiares.
Etxerat considera, por todas estas razones, que es momento, no sólo de hacer efectivos los acercamientos pendientes, sino, además, de incrementar el ritmo de traslados, por encima de 4 o 5 semanales, para hacer realidad lo antes posible, el nuevo mapa de prisiones. Lo antes posible, todos los presos y presas deben estar en Euskal Herria.
¡Las y los queremos vivos y en casa!