Tenemos 21 familiares presos con enfermedades graves o incurables que deben regresar con urgencia a su entorno y ser tratados adecuadamente y con dignidad
ETXERAT (18-6-2019). Queremos enviar un fuerte abrazo a José Ángel Otxoa de Eribe, así como a sus familiares y entorno más cercano. Les queremos mostrar nuestro total apoyo y acompañarles en esta difícil situación.
Tal y como ha confirmado su propia familia, el preso de Urkabustaiz José Ángel Otxoa de Eribe padece una grave enfermedad. Por ese motivo, ha recibido el tercer grado penitenciario, aunque por el momento sigue encarcelado.
El preso político alavés lleva 19 años en prisión. Tiene 61 años de edad y ha cumplido las tres cuartas partes de su condena. Hace cuatro que a José Ángel se le diagnosticó un cáncer de próstata. Sometido inicialmente a tratamiento, se estimó que su dolencia se había neutralizado o que, al menos, no avanzaba. En esa situación, José Ángel, huyendo de todo protagonismo, prefirió guardar en el anonimato su enfermedad.
José Ángel Otxoa de Eribe es uno de los seis presos gravemente enfermos de la lista no pública que maneja la asociación Jaiki Hadi. Lo ocurrido a Otxoa de Eribe demuestra desgraciadamente, una vez más, que la cárcel contribuye a empeorar la situación de los presos con enfermedades graves.
Emplazamos al nuevo Gobierno español que surja en próximas fechas, a los jueces y a los responsables de Instituciones Penitenciarias, a que pongan fin de una vez a tanto sufrimiento gratuito e inútil. Tenemos 21 familiares, quince de los cuales aparecen en la lista pública de Jaiki Hadi que Etxerat hace suya, que, sin demora, sin ningún tipo de condicionante, deben regresar a su entorno para ser tratados en condiciones médico-sanitarias adecuadas.
La crueldad no debe seguir cercenando el derecho a la salud, no puede apagar su esperanza ni la nuestra propia. Nuestros familiares deben ser tratados con dignidad de sus enfermedades. Etxerat exige que todos y cada uno de los presos con enfermedades graves sean trasladados inmediatamente a cárceles vascas, como medida previa a que se aborden sus historiales médicos y se les realicen todas las pruebas que requieran. Quienes presentan los cuadros más graves deben ser excarcelados y, con carácter generalizado, es imprescindible agilizar las concesiones de 2º grado con flexibilidad o 3º grado, a efectos de libertad condicional o, en su defecto, prisión domiciliaria.
Emplazamos a los responsables penitenciarios y judiciales a que actúen con rapidez y diligencia, al objeto de que José Ángel Otxoa de Eribe esté lo antes posible con sus familiares, toda vez que ofrezcan garantías para que el preso alavés sea atendido con la humanidad que su situación requiere.