ETXERAT. El preso político vasco Aitor Fresnedo fue trasladado la pasada semana desde la prisión de Jaén, a 734 kilómetros, hasta su domicilio familiar en Portugalete, para poder visitar a su padre enfermo. Posteriormente fue llevado de nuevo a la prisión de Jaén.
Etxerat considera que es en estas ocasiones cuando más visible queda el espíritu de venganza presente en la actual política penitenciaria. El hecho de tener familiares con enfermedades graves y la imposibilidad de mantener contacto y cercanía con la familia, no tienen otra lectura que la voluntad expresa de agudizar el sufrimiento. Ese y no otro es el verdadero objetivo de la política de alejamiento. Etxerat exige que Aitor Fresnedo sea traído a una cárcel de Euskal Herria para poder garantizar su derecho y el de su familia a mantener contacto y cercanía.