ETXERATIbon Iparragirre se encuentra ingresado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. En los últimos días se había visto afectado por una fuerte fatiga y tos en la prisión de Alcalá Meco y solicitó que le hicieran unas placas para determinar su dolencia.

Los síntomas eran de neumonía, por lo que el pasado martes fue trasladado de urgencia al hospital. Queremos destacar que el deterioro físico y de la salud de Ibon es muy preocupante. Ibon Iparragirre es uno de los presos políticos vascos que padecen enfermedades graves e incurables. Padece sida en estadio C-3 y ello le ha producido lesiones neurológicas graves.

El padre de Ibon, Eusebio, murió el pasado 3 de marzo cuando el propio Ibon y el resto de la familia le visitaban en la residencia Artibai de Ondarroa, a donde el preso fue trasladado para visitarle. En esta nueva ocasión, la situación de alejamiento de Ibon, preso en Alcalá Meco, ha complicado mucho las gestiones de la familia. Tanto su madre como sus hermanos y allegados se trasladaron a Madrid desde el primer momento y han vuelto a pasar otra vez por el calvario de gestiones, desinformación y la incertidumbre de cuál es la situación que padece Ibon.

Su madre pudo visitarle brevemente ayer, aunque de momento no se conoce más acerca de su estado ya que se desconocen los resultados de las pruebas médicas realizadas tras su ingreso en el hospital. Los últimos análisis que le realizaron, el pasado diciembre, arrojaron resultados preocupantes y no creemos que ahora sean mejores.

Valoración de Etxerat;

El estado crítico de Ibon Iparragirre ha vuelto a encender la alarma sobre una cruel realidad, la de los presos con enfermedades graves e incurables, hasta un total de 12 en el caso de los presos vascos, que padecen una situación insostenible.

Ni los presos gravemente enfermos, ni sus familiares y allegados, ni la sociedad vasca, puede seguir esperando. Etxerat emplaza a agentes e instituciones, a asumir las responsabilidades que les corresponden con la urgencia que la situación exige. Ibon Iparragirre, al igual que el resto de presos enfermos, debe ser excarcelado para ser  tratado con dignidad de su enfermedad. 

Una delegación de Etxerat acaba de regresar de un viaje a Dinamarca y Suecia, donde agentes políticos y sociales nos han transmitido, al igual que ya nos ocurriera en Bélgica, Suiza y Alemania, su extrañeza y su indignación por el hecho de que los estados español y francés mantengan la política penitenciaria de excepción, que conlleva, entre otras cuestiones, que los presos vascos sigan alejados, incluidos quienes padecen enfermedades graves,

De igual manera, la Organización Mundial contra la Tortura ha manifestado recientemente en un informe su preocupación por la situación que padece Ibon Iparragirre ya que su mantenimiento en prisión no es compatible con su padecimiento, y reclamadola excarcelación de Iparragirre con el fin de garantizar su vida e integridad física y psíquica, tal y como están consagradas en los artículos 2 y 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

No podemos permitir que el sufrimiento de Ibon y de su familia se mantengan por más tiempo. En este nuevo ciclo político abierto en Euskal Herria es inexcusable que los presos con enfermedades graves e incurables sean mantenidos en prisión, lejos de sus familias, por razón de una voluntad, la del Gobierno español, de causar dolor y sufrimiento hasta la agonía a los presos enfermos y a sus familiares.

Reiteramos que la nueva fase de esperanza abierta en Euskal Herria implica que la sociedad vasca ha decidido llevar el proceso de paz, la resolución del conflicto, hasta su final y en ese contexto emplazamos a instituciones y a agentes políticos y sociales a dar un paso adelante para que los presos enfermos sean excarcelados y para acabar con el alejamiento y la dispersión.

¡Les queremos vivos y en casa!

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