ETXERAT (23-4-2023). Ha acabado, por fin, este largo tiempo que tanto sufrimiento nos ha dejado. Cientos de familiares y allegados de las y los presos vascos nos hemos dado cita hoy aquí, de nuevo en Bilbo, en este caso para dar testimonio de una buena noticia; la dispersión y el alejamiento han acabado. Hemos ofrecido una rueda de prensa en la Plaza de la Convivencia de Bilbo.
Somos parte de las miles y miles que desde 1987 nos hemos visto obligadas a recorrer las infinitas carreteras para poder mantener el vínculo afectivo con nuestros familiares presos.
Aquel año, alrededor de 500 presas y presos vascos fueron alejados y dispersados en un total de 79 prisiones y este castigo añadido se ha mantenido por mucho, demasiado tiempo. Esto no debía haber ocurrido en ningún caso.
Nuestro recuerdo hoy para todos aquellos familiares que ya no están con nosotras, todos aquellos a los que les llegó el día en que no pudieron seguir visitando a sus hijos e hijas presas, y un cálido abrazo a las familias de las 16 personas que han quedado en la carretera. - Nuestro agradecimiento también a todas aquellas personas y entidades que han contribuido a aligerar la pesada mochila que hemos tenido que llevar; a los chóferes de autobuses, las y los voluntarios de Mirentxin, a quienes han ayudado en las visitas, tanto en Francia como en España.
Han sido tres décadas y media de viajes obligados que, por fin, han acabado. Por fin lo hemos conseguido. El incansable trabajo, el compromiso político y social, las movilizaciones, en definitiva, la implicación de la sociedad para traer a las y los presos a Euskal Herria ha dado sus frutos.
Hemos querido compartir esta fotografía de hoy en la Plaza de la Convivencia para situarnos cara al futuro, al nuevo tiempo que se abre para que definitivamente nuestros familiares retornen a casa. Como hemos venido proponiendo siempre, etxean nahi ditugu! Las y los queremos en casa.
Tenemos muy claro lo que resta por hacer. Los familiares queremos manifestar hoy en Bilbo la importancia del proceso de regreso a casa de las y los presos, refugiados y deportados, en consonancia con el recorrido que prevé la ley. Pedimos que se respeten sus derechos.
Nosotras y nosotros vamos a seguir acompañándolas y seguiremos transmitiendo nuestras peticiones a los cuatro vientos. Nos adentramos en este nuevo tiempo en el que deben desaparecer definitivamente las leyes de excepción, para que nuestros familiares concluyan el camino de regreso a casa, lo que servirá, sin duda, para avanzar en la construcción de la convivencia en este país.
Etxean nahi ditugu!
Etxera!