ETXERAT (01-III-2019). Etxerat decidió hace ya unos años incorporar una línea más de trabajo a su labor habitual como asociación en la asistencia y el asesoramiento a familiares de los presos y exiliados políticos vascos y, en una evolución constante, ha desarrollado y afianzado esa intervención, con el objetivo y el compromiso claro de contribuir a la convivencia y a la resolución del conflicto político.

En este proceso de reflexión y adquisición de compromisos, en el año 2011 decidimos adherirnos al Acuerdo de Gernika. Dos años después publicamos nuestro documento “Reconocimiento del sufrimiento", para poco después y, siempre en esta misma dirección, hacer nuestra aportación al "Plan de paz y convivencia" del Gobierno Vasco.Todo esto nos llevó a unirnos al Foro Social, en el que participamos activamentea día de hoy. 

Esta participación en el Foro Social, propició nuestra presencia en las jornadas de Barcelona que, bajo el título “Construint la pau. Reptes i oportunitat per al País Basc, després de la fi d’ETA” y organizadas por el Ayuntamiento de la ciudad, junto a la Fundación Fundipau y el propio Foro Social, propiciaron el pasado verano un encuentro entre víctimas de diferente signo.

Nuestra posterior participación en las jornadas de la Fundación Buesa celebradas en octubre respondió igualmente a nuestro convencimiento de que, pese a las diferencias, escucharnos unas a otras y tender puentes para intentar seguir avanzando en base a lo que nos une es la aportación definitiva que podemos hacer todas a la convivencia, para construir un futuro con garantías de no repetición.

De todo este proceso surge la lectura que hoy hacemos en el Palacio Miramar.

Aportación de Etxerat a la convivencia (declaración)

Los familiares de los exiliados, presos y presas vascas queremos hoy, mediante esta declaración, hacer pública nuestra sincera voluntad de aportar a la convivencia democrática en nuestro país. Compartimos la necesidad de que en el nuevo escenario se escuche, de una vez por todas, a todas y cada una de las personas que han sufrido y sufren las consecuencias de la violencia derivada del conflicto político, para aportar en la resolución del mismo y que nunca más vuelva a ocurrir.

Sabemos que muchas víctimas de ETA están dando un paso adelante, posicionándose públicamente por una nueva política penitenciaria dejando atrás la actual que, entre otras consecuencias, castiga a los familiares de las y los presos políticos vascos. Queremos agradecerles sinceramente su empatía hacia nuestro sufrimiento y que lo hayan hecho desde la generosidad, sin esperar nada a cambio. También nosotras y nosotros queremos aportar en ese reconocimiento mutuo. Lo hacemos de manera sincera, movidos por el compromiso por la paz y la convivencia.

Al igual que les ha ocurrido a todas y cada una de las víctimas de todo tipo de violencia, los familiares de las y los presos políticos vascos hemos sentido durante muchos años la indiferencia de una parte de la sociedad y sus representantes políticos. Conocemos la marginación de las políticas públicas de convivencia y seguimos siendo víctimas potenciales de la política penitenciaria de excepción. Ello nos ha llevado a autoprotegernos, a mantener silencio ante el dolor de los demás. A no ser capaces de acercarnos, ni de manifestar empatía.

Expresamos nuestras más sinceras disculpas porque, sin ser conscientes de ello, hayamos podido, con nuestra distancia, contribuir más al dolor que deben afrontar las víctimas de ETA por la pena de haber perdido a su familiar de manera violenta.

Etxerat reconoce, respeta y empatiza con todas las víctimas de las diferentes expresiones de violencia. A todas y cada una de las víctimas, independientemente del origen de la violencia; a las víctimas de ETA, a las de los Comandos Autónomos, a las del terrorismo del Estado, a las víctimas de actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español, a las víctimas de torturas, les tendemos hoy la mano, especialmente, a aquellas a quienes por acción u omisión hayamos podido, aún sin  pretenderlo, contribuir a acentuar su dolor.

No podemos ni queremos olvidar a las 16 familias que han perdido un familiar en accidente de tráfico a causa de la dispersión, ni a las 31 familias que han perdido un ser querido víctima de la política penitenciaria, pérdidas que nos han causado un profundo dolor y que se podrían haber evitado con una aplicación de la política penitenciaria ajustada a derecho. Sin pretender establecer equidistancia entre sufrimientos, queremos transmitir hoy que conocemos el sufrimiento en carne propia y ello nos hace reconocer el vuestro.

Como a la mayoría de las víctimas de este país, tampoco a nosotras y nosotros nos mueve ningún sentimiento de venganza, ni de revancha por todo lo sufrido. Manifestamos, desde nuestra pluralidad, que lo que nos mueve es que nada de todo esto se vuelva a repetir y que las generaciones futuras no vuelvan a sufrir las consecuencias del conflicto político.

Por eso apostamos por seguirnos escuchando, algo por lo que Etxerat ha trabajado en los últimos años, y reiteramos la necesidad de tender puentes, de que afloren los diferentes relatos en el camino hacia ese relato poliédrico que nos acerque, y sane y cierre las heridas, al objeto de establecer las  bases de la convivencia. Es la mejor aportación que podemos hacer entre todas y todos a una sociedad que apoya y respalda el camino hacia una paz verdadera y duradera.

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