ETXERAT (27-1-2021). El preso donostiarra Antton Troitiño ha comunicado a su abogada su decisión de dejar de recibir el tratamiento de quimioterapia que se le viene administrando de forma paliativa con motivo de la grave enfermedad que padece, ya que le resulta inviable poder seguir haciéndolo, tanto a nivel anímico como físico, en el contexto de las condiciones del encarcelamiento .
Troitiño ha sufrido los últimos días un importante deterioro de su estado de salud. Ha sido trasladado desde la prisión de Estremera al hospital hasta en cuatro ocasiones para recibir la quimio, y devuelto posteriormente a prisión. En estas condiciones tan adversas (desplazamiento al área penitenciaria del hospital de hora y media de ida y otro tanto de vuelta, sin una dieta blanda adecuada) y pese a las consecuencias que pudiera tener interrumpir el tratamiento, el preso vasco ha decidido interrumpir el tratamiento de quimioterapia hasta salir en libertad para poder, precisamente, ser tratado de su dolencia con dignidad y garantías y en la cercanía de los suyos.
Lo grave y denunciable respecto de la situación de Antton Troitiño es, tal y como lo dijimos el pasado lunes, que pese a su delicada situación, está sufriendo el efecto del laberinto burocrático de la Audiencia Nacional española, que atendiendo a su enfermedad grave, el pasado 11 de enero autorizó la excarcelación por la vía del artículo 104.4 (3º grado), toda vez que ayer, 15 días después, cambiando la fórmula, un nuevo auto decretó su libertad condicional. Sin embargo, en ambos casos se ha procedido a agotar los plazos hasta declararse la firmeza de los autos dictados, lo que provoca que Troitiño siga en prisión, sin anteponer el estado de salud crítico del preso.
Etxerat recuerda que Troitiño lleva ya más de tres décadas en prisión. Sintió los primeros síntomas de su enfermedad en abril de 2020, pero no fue atendido hasta setiembre, momento en el que su defensa ya solicitó su libertad. Pedimos que Antton Troitiño sea puesto en libertad de inmediato, tal y como se indica en sendos autos que, inexplicablemente en este caso, no se han cumplido aún.
Reiteramos que el final de la política penitenciaria de excepción, más allá de la desactivación total del alejamiento y de otras medidas de excepción en los casos de los presos vascos, debe asimismo evolucionar hacia una dignificación de sus condiciones de vida. No podemos obviar que las largas condenas, junto al ya señalado déficit asistencial, provocan un rápido deterioro de la salud, con el añadido de la situación de emergencia y riesgo añadido provocado por la Covid 19.Volvemos a reclamar de los gobiernos español y francés la libertad inmediata de los 17 presos y presas vascas con enfermedades graves, así como de los mayores de 65 años de edad, mientras acercan a todas y todos a Euskal Herria.
¡Las y los queremos vivxs y en casa!