Los funcionarios se aferraron a un descuido para dejar sin efecto la visita y además acusar a los familiares.

 

ETXERAT. Funcionarios del centro penitenciario de Clairvaux (Francia) negaron la visita a los tíos del preso político Aitzol Etxaburu (Ondarroa, 1979) el sábado pasado. Tenían hora a las nueve de la mañana y para las 08:40 habían entregado los carnets de identidad requeridos. Los llamaron para entrar y al acercarse al detector de metales fue cuando uno de los familiares se percató de que tenía dinero en el bolsillo del pantalón. Por tanto, antes de pasar por el detector pidió la llave de una de las taquillas para guardar el dinero, ya que en Clairvaux el detector y las taquillas se encuentran en la misma habitación. En lugar de entregarles la llave los funcionarios procedieron a acusarles de intentar introducir el dinero para dárselo a Aitzol y los hicieron pasar a otra sala. Los retuvieron durante dos horas mientras los funcionarios persistían en esa absurda tesis y los familiares insistían en que era el dinero reservado para la vuelta, hasta que llegaron los gendarmes y fueron conducidos a la comisaría más cercana. Les requisaron el dinero y les tomaron declaración, además de las huellas. Fueron liberados hacia las dos de la tarde. Si bien en un principio los gendarmes se negaron a devolverles el dinero al final cambiaron de parecer al repetirles que la suma les era necesaria para emprender el viaje de regreso a casa. Fueron puestos en libertad hacia las dos de la tarde, después de comunicarles que serán castigados a tres meses sin visitas, aunque la decisión final la tomará el fiscal y se les notificará por correo.


Es inhumano dejar sin visita a cualquier persona después de realizar un viaje de 1001 kilometros cuando quedan además, otros tantos de vuelta, pero mucho más, cuando se trata de familiares de avanzada edad para los que el desplazamiento resulta un enorme esfuerzo. Más si cabe, retenerles el dinero y castigarlos con la posibilidad de dejarlos sin opción de ver a su ser querido durante un tiempo. Desde Etxerat, exigimos explicaciones al director del centro penitenciario de Clairvaux, y animamos a los ciudadanos a dirigirse también a él para denunciar lo ocurrido. No podemos permitir que nuestros derechos queden continuamente a merced de arbitrariedades, abusos de poder y actitudes en absoluto profesionales de los funcionarios de prisiones.